Optimización de la performance y ahorro de MIPS en entornos mainframe e híbridos
Los entornos mainframe continúan siendo pilares fundamentales en sectores como banca, seguros, retail y organismos públicos, gracias a su robustez, confiabilidad y capacidad de procesamiento masivo.
Sin embargo, el crecimiento de las cargas de trabajo y el aumento del costo de los MIPS (millones de instrucciones por segundo) hacen necesario repensar estrategias de performance.
En este contexto, las arquitecturas cloud e híbridas emergen como aliadas clave para optimizar operaciones y reducir costos.
En este artículo analizamos cómo reducir el consumo de MIPS a partir de la modernización del mainframe.
También abordamos cómo evaluar la viabilidad de un cambio para la optimización de procesos críticos y evaluamos escenarios de ahorro de MIPS según el tipo de infraestructura.
Además, compartimos los resultados que se obtienen a través de la optimización de procesos.
¿Qué son los MIPS?
MIPS (Millions of Instructions Per Second) es una métrica utilizada tradicionalmente para estimar la velocidad de procesamiento de los mainframes.
Indica cuántos millones de instrucciones puede ejecutar una CPU en un segundo, por lo que sirve como una medida del rendimiento bruto del hardware.
En entornos mainframe, los MIPS se usan como referencia técnica, y son útiles para dimensionar entornos y comparar generaciones de hardware.
Como explican desde IBM, se usan MIPS para representar la capacidad del marco zSeries o LPAR.
La medida no se refiere realmente a millones de instrucciones por segundo de procesador. En realidad, el valor se deriva de las cifras publicadas por IBM en la tabla Large System Performance Reference (LSPR). El valor predeterminado es usar el valor del Índice de Capacidad del Procesador (PCI) de imagen única con la Intensidad Relativa de Anidamiento (RNI) promedio para el hardware.
¿Qué impacto tiene la reducción de MIPS?
La reducción de MIPS en entornos mainframe tiene un impacto directo y significativo, tanto en términos de costos operativos como de eficiencia tecnológica.
Disminuir el consumo de MIPS implica que el sistema ejecute las mismas tareas -o incluso más-, utilizando menos instrucciones por segundo.
Esto se traduce en menor uso de CPU y, por ende, en menores cargos por licenciamiento de software. En especial, en modelos de cobro como los de IBM, que se basan en métricas como las MSUs (Million Service Units), estrechamente ligadas al consumo de MIPS.
En otras palabras, una reducción del uso de MIPS puede representar miles de dólares ahorrados anualmente en organizaciones con alta dependencia del mainframe.
Además del ahorro económico, reducir MIPS contribuye a optimizar la performance general del entorno, liberando capacidad para nuevas aplicaciones o procesos sin necesidad de ampliar la infraestructura.
Esto es especialmente valioso en contextos donde el mainframe convive con soluciones en la nube, ya que permite redirigir cargas menos críticas fuera del sistema central y reservar el uso intensivo del mainframe para procesos core del negocio.
En suma, una reducción efectiva de MIPS mejora la sustentabilidad del entorno mainframe y lo vuelve más competitivo frente a arquitecturas modernas.
Importancia de reducir costos de infraestructura en un contexto de alta transaccionalidad
Tres desafíos clave que enfrentan las organizaciones son reducir costos operacionales, evitar caídas en sus sistemas, y mejorar y optimizar el servicio al cliente.
En un contexto que experimenta un crecimiento exponencial en los niveles de transaccionalidad porque las personas quieren operar con el home banking 24/7; y en el que nos hemos acostumbrado a realizar todo tipo de gestiones y compras online, estos retos adquieren cada vez mayor centralidad.
En relación a la reducción de costos, es importante tener en claro lo que consume una transacción en relación a recursos de máquina, ya que tiene impacto en los costos mensuales de mantenimiento.
IBM cobra por el servicio de mantener el mainframe operativo, calculando costos y facturación a través de dos fórmulas: por promedio o por pico de consumo.
Por ende, es muy importante tener las transacciones y los procesos funcionando de manera performante.
¿Cómo evaluar la viabilidad de un cambio para la optimización de procesos críticos?
Compartimos algunos pasos tendientes a identificar los puntos de dolor que conspiran contra el objetivo de mejorar la performance de procesos y transacciones:
1. Tomar conciencia del problema
Saber cuál es la problemática que afecta la performance de una organización, es el primer paso para optimizar procesos y avanzar hacia la reducción de costos.
Aunque identificar el problema no es suficiente. También es esencial comprender cuál es el impacto real que tiene en el cliente y en los sistemas.
Por ejemplo, la demora de los procesos batch, reduce la disponibilidad de una plataforma de home banking e impide que una persona pueda realizar algunas operaciones en determinados horarios nocturnos, que pueden ser los de su mayor conveniencia.
Esto genera un malestar en los clientes que, si bien no tiene un costo fácil de medir, puede llevar a que empiecen a querer cambiar de banco.
Tomar real conciencia y dimensión acerca del problema y la necesidad de resolverlo con una optimización, es el primer paso.
2. Investigar lo que está sucediendo
El segundo paso debe ser enfocarse en entender la situación actual, tanto en los procesos online como en los batch. Ambos en igual nivel de importancia.
Sabemos que un proceso o una transacción online puede transcurrir en muy pocos segundos, pero ejecutada muchas veces, puede generar una pérdida de performance en cuanto a la usabilidad de alguna aplicación que utilice la persona cliente.
Lo mismo ocurre con un proceso batch que demore mucho o se cancele, en el caso que sea un proceso que ya esté optimizado o bajo ciertas normas de programación en green code.
La realización de un assessment adecuado garantiza que el proceso batch se sanee lo más posible y que, con una correcta planificación, pueda correr en tiempo y forma.
De esta manera, se podrá avanzar en la solución del problema y el cumplimiento efectivo de los acuerdos de nivel de servicio (ANS).
3. Analizar puntos de dolor críticos
Una vez que se detectó y se tomó conciencia del problema, se deben identificar y analizar los puntos de dolor que genera esa problemática.
En este punto, es preciso determinar cómo encarar la solución, partiendo de un inventario de todo lo que debe observarse, para:
- Priorizar los puntos críticos, teniendo en cuenta que la lista de prioridades no es estática y se debe adecuar a la evolución de los consumos.
- Trabajar en el análisis de las causas que generan esa demora o mal desempeño de los sistemas, transacciones o procesos.
Hay muchas herramientas tecnológicas que pueden utilizarse como Omegamon, Six Performance Analyzer u OPTI, un producto exclusivo que desarrollamos en IT Patagonia.
4. Consolidar equipos de trabajo
La cuarta fase involucra la conformación de equipos de trabajo altamente capacitados y con mucha trayectoria.
Contar con equipos profesionales permite a las organizaciones garantizar la continuidad y eficiencia de sus sistemas, y evitar impactos negativos en sus operaciones y seguridad.
5. Evaluar la viabilidad del cambio
Muchas veces se proponen transformaciones que son muy costosas de llevar a cabo y cuya relación costo beneficio no es la óptima.
Por ejemplo, se piensa o estima que con cierto cambio se ganará mucho en performance, pero cuando se evalúa su viabilidad, se llega a la conclusión de que no es tanto el beneficio que se obtiene.
Cuando una organización considera que debe realizar un cambio en una transacción, porque entiende que va provocar una disminución en el consumo de procesos, es preciso justificarlo.
¿Cómo se justifica? En un ambiente de laboratorio se realizan diversas ejecuciones de las transacciones o procesos, con la versión productiva y la versión modificada.
A partir de estas pruebas se puede determinar si un pequeño cambio puede generar un resultado positivo, o si una gran modificación no produce los resultados esperados.
Escenarios de ahorro de MIPS según el tipo de infraestructura
Cómo explicamos antes, la gestión eficiente de los MIPS es una prioridad constante para las organizaciones que operan sistemas sobre mainframe.
Según el tipo de infraestructura adoptada -ya sea basada en mainframe o híbrida- existen distintos escenarios y estrategias para ahorrar en MIPS sin comprometer la performance ni la seguridad de los sistemas.
Presentamos los principales enfoques y consideraciones técnicas para cada caso.
1. Infraestructura 100% mainframe
Además de lo que señalamos previamente, para reducir el consumo de MIPS sin afectar el servicio, las estrategias más efectivas incluyen:
- Refactorización de código COBOL o PL/I para eliminar redundancias y mejorar eficiencia.
- Uso de zIIP (z Integrated Information Processor) para descargar procesos elegibles y liberar capacidad general.
- Tuning de procesos batch, ajustando ventanas de ejecución y priorización de cargas para evitar picos innecesarios.
2. Arquitecturas híbridas (mainframe + cloud)
La clave está en lograr una integración fluida entre ambos entornos. Esto requiere una buena estrategia de gobierno de APIs, orquestación de servicios, y monitoreo unificado. La latencia y la seguridad de los datos también deben gestionarse con especial cuidado.
Las mejores prácticas en este escenario incluyen:
- Offloading inteligente de procesos no críticos hacia la nube, como reportes, procesos batch secundarios o validaciones.
- Exposición de servicios mainframe mediante APIs para integrarse fácilmente con aplicaciones cloud.
- Uso de plataformas distribuidas para ejecutar tareas fuera del entorno z/OS sin afectar el core de negocio.
3. Infraestructura 100% cloud
La transición requiere una reingeniería profunda: no solo migrar código, sino repensar procesos, datos y arquitectura.
Además, las aplicaciones legadas deben ser refactorizadas o reemplazadas, lo que implica un esfuerzo técnico y organizacional considerable.
Para aprovechar al máximo este modelo, es fundamental:
- Rediseñar la arquitectura de aplicaciones con un enfoque cloud-native (contenedores, microservicios, DevOps).
- Adoptar servicios gestionados que reduzcan la carga operativa y mejoren el time-to-market.
- Implementar testing continuo para asegurar calidad en entornos dinámicos y cambios frecuentes.
¿Cuáles son los resultados que se obtienen a través de la optimización de procesos?
La evidencia muestra que los procesos optimizados pueden llegar a tener una reducción de entre 20 y 30% como mínimo en los tiempos de uso.
Por otra parte, elegir las opciones correctas de compilación a partir de COBOL 6, hacen que el consumo de CPU pueda bajar entre un 7% y un 10%.
Estos datos revisten gran importancia, si se considera que el objetivo es reducir los tiempos transaccionales de cara a las personas, para evitar demoras y cancelaciones, entre otras situaciones.
Tener un proceso reducido hace que consuman menos MSU y menos carga de máquina. Así se puede garantizar y dar tranquilidad al cliente, que va a poder operar de forma tranquila, y al área operativa o de desarrollo, que va a estar segura de la correcta ejecución de sus procesos.
Conclusión
La optimización de la performance y el ahorro de MIPS no es solo una cuestión técnica. Es también estratégica.
Adoptar un enfoque integral que combine buenas prácticas en mainframe con el potencial de la nube permite mejorar la eficiencia, reducir costos y sentar las bases de una transformación tecnológica sostenible.
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