Journey to the cloud: en qué consiste y cuáles son los aspectos centrales a tener en cuenta

El interés de las empresas por migrar sus aplicaciones, datos, servidores y almacenamiento, desde infraestructuras locales tradicionales (on premise) hacia servicios en la nube, está aumentando. De hecho, la tendencia se acentúa conforme se incrementan las necesidades de las organizaciones por mejorar su escalabilidad, flexibilidad y agilidad.

En vista del escenario actual, en el que las organizaciones son cada vez más propensas a analizar la migración a infraestructuras híbridas o 100% cloud que les permitan amplia disponibilidad, planteamos cuál es, según nuestra experiencia, el recorrido que se debe transitar para implementar un Journey to the Cloud.

En este artículo exploramos los análisis y previsiones que hay que considerar para que un proyecto de migración tenga un final feliz.

Actualidad del mercado cloud

En 2024, se prevé que el gasto de los usuarios finales en servicios de nube pública en todo el mundo alcanzará un total de 678.800 millones de dólares. 

Así lo informó Gartner, señalando que, frente a los 563.600 millones de dólares que generó el mercado cloud en 2023, la cifra estimada para este año representaría una subida anual del 20,4%.

De acuerdo a la consultora, se espera que todos los segmentos del mercado cloud experimenten un incremento en sus volúmenes en los próximos meses:

• +26,6% la infraestructura como servicio (IaaS)
• +21,5% las plataformas como servicio (PaaS)

Estos indicadores llevan a poner el foco en las características e impacto que tiene el camino hacia la migración de infraestructura y recursos a la nube.

¿Qué significa “Journey to the Cloud” y qué impacto tiene en las empresas?

Journey to the Cloud es un concepto instalado hace muchos años en las áreas IT de las empresas, que venían trabajando prácticamente al 100% con infraestructuras locales físicas (on premise) y comenzaron a evaluar la migración de sus recursos hacia la nube.

“En journey to the cloud la idea es acompañar la evolución del negocio, con una estrategia de implementación de infraestructura montada en nubes. Estas pueden estar ubicadas en cualquier parte del mundo y aportan los beneficios de tener la infraestructura disponible las 24 horas, los 365 días del año, lo que permite continuidad del negocio, mejoras en la performance, agilidad, costos y accesibilidad, entre otras ventajas”, destaca Carlos Lebherz, Technology Services Manager de IT Patagonia. 

Implica armar un roadmap, hacer un relevamiento y entender que, más allá de lo que implica la migración a nivel costos, también aporta beneficios de mejoras en la infraestructura general.

Para armar un roadmap de trabajo y establecer cuáles son los pasos a seguir hay muchos factores a considerar, a partir de la situación actual en términos de infraestructura. 

En otras palabras: qué es lo primero que hay que migrar, con qué se recomienda avanzar en una instancia inicial y cuáles son los beneficios que va a traer la migración, dependen del punto de partida particular.

En este sentido, Carlos explica que, al implicar una inversión o un costo potencialmente más alto del que se tiene al inicio del proyecto, los beneficios de migrar no vienen a veces a nivel costo desde el día cero, sino que tienen su punto de partida en las mejoras en el rendimiento o el nivel de disponibilidad de la infraestructura. Y, a medida que el plan se va ejecutando, van surgiendo los demás beneficios y la estrategia impacta positivamente en todos aspectos del negocio.

Aspectos a considerar para planificar una migración exitosa

“Más allá de que una organización pueda tener la idea de hacer un journey to the cloud, lo primero es entender cuál es el core y los objetivos del negocio”, señala Carlos. “Y, a partir de allí, ver si está en el momento ideal para migrar su infraestructura a la nube, o si lo aconsejable es empezar a armar un proceso de estabilización o mejora en la infraestructura actual, para con posterioridad avanzar”, agrega.

Entender la situación actual de la infraestructura y armar con la organización un roadmap específico, en el que se establezcan los hitos, plazos y haciendo un detallado relevamiento -assessment- de la situación actual, es la base que se necesita para poder ir armando una planificación que pueda ser exitosa.

Este relevamiento no abarca solamente las infraestructuras, sino que implica también entender los procesos y comprender las necesidades del resto de las áreas corporativas, teniendo en cuenta que cada una de ellas realiza su trabajo diario sobre sistemas que corren sobre la infraestructura que se evalúa migrar.

En términos de procesos, es importante tener claro cuáles son los que van a ser impactados al momento de empezar a migrar la infraestructura, y qué mejoras o qué tiempos de disrupción podrían producirse. 

El objetivo final debe ser que el camino a transitar al momento de hacer la migración sea lo más efectivo y genere el menor impacto posible al negocio, y que solo sea un impacto positivo.

Principales dolores de las empresas al evaluar una migración a la nube

Las organizaciones que evalúan encarar su journey to the cloud tienen disparadores diversos. 

Los principales suelen ser la tenencia de infraestructuras obsoletas y tiempos muertos producidos por cortes eléctricos o problemas con Internet. También, lentitud al momento de escalar sus productos o su infraestructura. 

Por ejemplo, si hoy se necesita escalar un producto o una aplicación que está corriendo sobre un servidor on premise, la capacidad de poder hacerlo suele estar atada a contar con las piezas necesarias, poder asumir los costos que involucra, y no tener inconvenientes con las importaciones. 

Esto hace que el negocio o el área de IT, no terminen siendo ágiles.

“Teniendo toda o parte de la infraestructura corriendo en una solución cloud, se genera la agilidad de poder escalar y ser mucho más eficiente al momento de mejorar la productividad del negocio. Además de darle el soporte que necesitan las distintas áreas sobre sus aplicaciones y procesos”, asegura Carlos.

¿Cuándo se debe migrar a la nube? 

La decisión de cuándo iniciar el journey to the cloud, varía, de acuerdo a las necesidades y posibilidades de cada organización y, en particular, de los procesos que tienen corriendo en su infraestructura on premise. 

Es imprescindible un buen análisis o entendimiento previo. Incluso, puede darse la circunstancia en la que no termine siendo recomendable hacer una migración a un entorno cloud, aunque son muy pocos los casos en los que se presentan este tipo de situaciones.

“Siempre termina siendo más una decisión del negocio, y de entender cuál es la necesidad y el objetivo del negocio y las implicancias de iniciar el recorrido, ya que los proyectos llevan un tiempo de desarrollo y requieren una inversión en el momento de decidir migrar al cloud”, reflexiona Carlos.

¿Qué rol tiene la modernización de las aplicaciones en los proyectos?

La modernización siempre está atada a la tecnología. Muchas veces en las infraestructuras on premise suelen tenerse aplicaciones que ya están desarrolladas sobre lenguajes o procesos antiguos u obsoletos, o que fueron superados por nuevos lenguajes y tecnologías.

En situaciones como esta, durante un proceso de journey to the cloud puede ser conveniente o ideal pensar en hacer un refactoring o una modernización de aplicaciones puntuales, utilizando nuevas tecnologías y formas de procesar la información. Esta es una decisión que puede traer el beneficio de incorporar nuevas funcionalidades o intentar mejorar las aplicaciones.

Según nuestro Technology Services Manager, “no hay que caer en demasiada modernización, ya que a veces puedes terminar haciendo que el proyecto sea más lento o que traiga más complicaciones”. Esto es así porque hay aplicaciones que no se pueden migrar a cloud en la tecnología en que fueron desarrollarlas, o que terminan generando un costo mayor si se las llevara tal cómo están al cloud.

¿Qué implica monitorizar servicios y procesos?

La  monitorización de procesos se volvió un factor crítico para todos los negocios, a todos los niveles. 

Hoy, tener visibilidad del estado de un servicio o un proceso que corre sobre una aplicación y una infraestructura determinada permite ver el impacto que generará o está generando sobre el negocio.

Tener monitorizado desde una aplicación hasta un enlace de Internet o el rendimiento de un servidor, trae información al instante, muy útil para tomar decisiones. 

Se trata de información crítica y necesaria para saber qué acción tomar, que pueda indicar desde el lado de IT, por ejemplo, que se tiene que aumentar la capacidad de procesamiento de un servidor o aumentar su memoria. 

A nivel negocio, puede marcar la necesidad de facturar de otra forma, o aplicar algún plan de acción para que el impacto en el negocio sea menor. 

Tener siempre esa información al instante y con la monitorización, se volvió un beneficio importante para todas las organizaciones.

Conclusión

Optimizar la administración de la infraestructura es importante por los consumos que genera y su impacto en términos de sustentabilidad, costos, rendimiento, utilización y eficacia. Especialmente, por su incidencia en la mejora de la calidad y la eficiencia de sus prestaciones.  

Los desafíos para lograr los beneficios esperados residen en que la infraestructura siga siendo la adecuada y necesaria para permitir que el negocio funcione. 

Hay que tener claro dónde es que la infraestructura puede estar siendo obsoleta o donde puede estar siendo sobre o sub utilizada. Tener en claro dónde el negocio va a poner más foco en su infraestructura core y en dónde es que la necesita tener siempre disponible.

Es decir, los retos actuales están en lograr que la infraestructura cuente con la mayor disponibilidad y rendimiento posible.

Desafíos, que en la mayoría de los casos, están atados a tener una infraestructura híbrida o directamente 100% cloud, que asegure la disponibilidad todo el tiempo que requiera el negocio. 

De allí, la importancia de plantearse la conveniencia u oportunidad de avanzar en el journey to the cloud.

En IT Patagonia ofrecemos un set de soluciones que construyen una infraestructura dinámica, flexible y segura, capaz de: 

• Afrontar los desafíos de la digitalización de forma certera.
• Reducir costos asociados a la infraestructura y servicios de IT.
• Mejorar procesos y lograr impacto cuantitativo y cualitativo en sus sistemas.
• Resolver problemáticas asociadas a la capacidad.

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