En la industria tecnológica, desde siempre y a lo largo de todo el mundo, hay brecha de género. Diversos estudios que realizan organizaciones sin fines de lucro, organismos públicos y empresas privadas confirman este hecho, año tras año. 

Según los especialistas, en América Latina la disparidad es aún más profunda, producto del inestable acceso a internet y a la alfabetización digital. Por ejemplo, la ONG Chicas en tecnología afirma que las mujeres latinoamericanas se encuentran en desventaja por contar con mayores barreras sociales y culturales.

Además, hay discriminación. El 80% de las mujeres en tecnología de Argentina dijo haber vivido alguna situación de violencia en el trabajo, en una estudio realizado por Mujeres en tecnología.

En base a este contexto, parecería que el ambiente es solo desalentador para las mujeres en tecnología. 

Sin embargo, sobreponiéndose a las limitaciones del entorno y mostrándose a prueba de todo límite, cada vez más mujeres se suman al mercado tecnológico. Y se destacan en él al demostrar gran talento.

En este artículo, elegimos contrastar el escenario mayormente negativo con experiencias profesionales positivas, vividas por algunas de las mujeres que se destacan en IT Patagonia en proyectos llevados adelante por el Centro de excelencia en Mainframe y el Cobol Studio, como ejemplo del camino ganado dentro de nuestra organización por las mujeres en tecnología.

La brecha de género en la industria científica y tecnológica

En Argentina, más mujeres que hombres se inscriben y culminan con éxito carreras terciarias y universitarias. 

Un informe elaborado por el CIPPEC presentó el primer resultado hace unos años, que podría ser muy alentador si no fuera por el dato que sigue: si consiguen trabajo, las mujeres lo harán en posiciones de calidad regular y con una remuneración menor.

Esta desigualdad de género no es una problemática local, sino que tiene impacto a nivel global. Y es uno de los conflictos de mayor relevancia en las sociedades actuales. Por ello, es uno de los objetivos de desarrollo sostenible de la agenda 2023: Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas. 

Haciendo zoom específicamente en el sector IT, solo el 30% del talento en tecnología son mujeres, de acuerdo a la Cámara de la Industria Argentina del Software, diferencia que tiene sentido si se toma en cuenta que solo el 12% de las mujeres universitarias elige una carrera STEM (Ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). 

La mujer que puso en marcha uno de los primeros Mainframes

Cerca de la década de 1960, llegó a la NASA un computador IBM 7090, especialmente diseñado para realizar aplicaciones científicas y tecnológicas a gran escala, y que sería utilizado para calcular la trayectoria de los satélites. 

La última tecnología estaba presente, pero faltaba talento que la pusiera en funcionamiento.

Dorothy Vaughan, una matemática prodigio recibida en la Universidad Wilberforce, formaba parte en ese momento en la NACA (Comité Asesor Nacional para la Aeronáutica), que luego se convertiría en la NASA. 

Anticipando que esa computadora reemplazaría en poco tiempo el trabajo que realizaba junto a otras matemáticas afroamericanas en la West Area Computers, fue visionaria, proactiva y determinada. 

Aprendió a programar en Fortran, el lenguaje de programación especialmente adaptado al cálculo numérico y a la computación científica que utilizaba la gran computadora.

Lo hizo de forma autodidacta, y enfrentando los más duros prejuicios y oposiciones de la época. 

Movida por una mentalidad de aprendizaje continuo se convirtió en una experta, y no se quedó allí. 

Fue líder. Inspiró y formó a muchas otras mujeres matemáticas, que luego serían quiénes les enseñarían a programar a los ingenieros de la NASA.

Y paciente. Tardó muchos años en ser promovida oficialmente al puesto de Supervisora.

Historias de las “Dorothies” contemporáneas

En IT Patagonia también tenemos mujeres talentosas, con las mismas características que valoramos en Dorothy, que potencian positivamente a colegas e impulsan excelentes resultados en los proyectos de modernización del Mainframe que llevamos adelante con nuestros clientes.

Recopilamos sus experiencias para inspirarnos como organización a continuar por el camino de la igualdad y la formación de mujeres en tecnología, e inspirar a otras a ingresar a este sector. 

El impulso para estudiar una carrera relacionada con la tecnología fue, en casi todos los casos, el gusto por las matemáticas. Y también, atracción por “lo nuevo”, por sumarse a una profesión que recién estaba dando sus primeros pasos.

Si bien enfrentaron desafíos, coinciden en decir que su inserción laboral no fue difícil. Tampoco lo fue conseguir estabilidad y continuidad en la industria. Tiene sentido, si se considera que en el sector IT del mundo hay más demanda que oferta de desarrolladores Cobol (la especialidad de la mayoría de las mujeres de este grupo).

Una de las razones que consideran impulsora de su desarrollo profesional es el set de talentos diferenciales que poseen las mujeres, que aporta miradas y habilidades diferentes a los equipos de trabajo.

De hecho, la necesidad de disponer de equipos diversos, en los que las mujeres y otros grupos minoritarios estén debidamente representados, se menciona en una investigación de Chicas en tecnología como imprescindible para el diseño de servicios y productos sin sesgos. Permite, además, aprovechar el talento, ideas y potencial de innovación de todos los profesionales, sin limitaciones.

En el acceso a puestos jerárquicos sí hay experiencias que apoyan la idea de que es más difícil para las mujeres. El sentimiento mayoritario es que los hombres tienen la prioridad cuando hay una posibilidad de crecimiento, y que los sueldos son mayores en su caso.

Ping pong con nuestro equipo de mujeres en tecnología

Como mencionamos antes, una de las características que distinguió a Dorothy fue su capacidad de aprendizaje continuo, junto a sus ganas de progresar y sumar conocimientos.

Les preguntamos a las talentosas mujeres en tecnología qué las impulsa a seguir aprendiendo, qué disfrutan más de su trabajo y cuáles son los principales desafíos del día a día. Por último, les pedimos un consejo para las mujeres jóvenes que dudan en ingresar al mundo tecnológico. Aquí sus respuestas.

¿Qué te impulsa a seguir aprendiendo?

“El desafío, la lógica, encontrar el error, analizar”. “Me siento viva, amo mi profesión y me gusta ser productiva”. “Me interesa mucho la tecnología, me gusta lo que hago”. “Poder estar a la altura del servicio que debo brindar”. “Me gusta, siempre es un desafío”.

¿Qué disfrutás más de tu trabajo?

“Todo, aunque hay momentos donde me saturo y momentos de buenas relaciones”. “Programar y probar, encontrar el problema y poder solucionarlo, es como jugar”. “El trabajo en equipo, aprender nuevas tecnologías constantemente”. “Todo, desde la satisfacción de un trabajo bien realizado hasta el ambiente de trabajo dentro del equipo”. “Los desafíos; lo nuevo”.

¿Cuáles son los principales desafíos a los que te enfrentás?

“Analizar, entender el motivo de un error, conocer el por qué de las cosas”. “El equilibrio entre la pasión por trabajar y mi vida”. “Estar al tanto de lo nuevo, poder ejercer mi profesión estando a la altura de los más jóvenes y con mayor conocimiento”. “Intentar mantenerme actualizada, ya que las tecnologías han ido cambiando”. “Avanzar en temas nuevos”.

¿Qué consejos le darías a mujeres jóvenes que dudan en ingresar al mundo tecnológico?

“No lo duden, pero deben entender que la demanda en tiempo puede ser mayor. Y al tener familia e hijos chicos hay momentos en los que se torna complicado”.

“Es una profesión que les puede dar muchas satisfacciones, económicas y de aprendizaje. La tecnología sigue creciendo y lo maravilloso es andar ese camino y ver todo lo que te fuiste adaptando para seguir en el mercado».

“No tengan miedo a los desafíos tecnológicos, es muy interesante y hay mucho por aprender”.

“Si te gusta analizar, pensar, sos creativa, te entusiasma lograr los objetivos y brindar soluciones, ¡dale para adelante! No hay nada más gratificante que terminar un trabajo y que sea exitoso”.

En IT Patagonia creamos una comunidad en la cuál las posibilidades son parejas para todos, y nos proponemos continuar trabajando para crecer y evolucionar en condiciones de equidad. ¡Sumate!